viernes, 1 de febrero de 2008

The tattooist (Tatuaje), Peter Burger, 2007.


Definitivamente este es un filme que, de no existir el comercio informal de películas, no hubiera sido nunca visto en Méjico, y mucho menos en una provincia del sur como Tabasco. No es quintaesencial para la historia de la cinematografía pero tampoco se puede decir que su visionado sea una pérdida de tiempo. Muy por el contrario, se puede decir que agrega cosas nuevas e interesantes a un tema siempre tratado de forma sesgada pero la mayor de las veces simplemente explotado por su vena morbosa: el sexo y la ultrasensasión de la epidermis.

En este abordaje, proveniente de Nueva Zelanda, la historia adquiere el cariz del aprendizaje y el autodescubrimiento en una jornada con algunas breves incursiones al terror, si bien esto será materializado por el acceso al folcklore y mediante algunos actos rayantes en lo performativo: un norteamericano, practicante de la inscripción corporal tendrá que aprender por la vía de la pérdida y el acoso, que aprovecharse de las creencias de la gente para sacar personal provecho es un asunto vergonzoso y que de acuerdo con ciertas filosofías aborígenes, es mejor estar muerto que vivir en situacion de verguenza. No obstante, el pietaje de la cinta contiene sangre. Mucha sangre.

Proveniente de seriales televisivos en su país, Peter Burger no logra materializar sobradamente su amplia propuesta, no obstantre su película no carece de interes para la audiencia situada en el resto del mundo y acaso un unico reproche posible cabe para la censura neozelandesa, que otorgo una clasificacion NC16 presionando a la distribuidora para cortar una hermosa escena de cama, mientras esa misma distribuidora bien pudo sacar otra versión aun cuando fuera recorriendo un grado esta clasificación.

La calidad de la copia es buena y se puede afirmar que es un clon auténtico.

No hay comentarios: