domingo, 24 de febrero de 2008

Ping Guo (Lost in Beijing), Yu Li, 2007


Bien a bien uno ya no sabe si también los excomunistas chinos han terminado por asimilarse al sistema de propaganda de bajo perfil para filmes independientes del mundo occidental o si acaso se han ajaponesado un tanto, pues la historia de Zhang Yimou parece repetirse ahora por medio de una película que recien se estrenó en La Berlinale pero que no contaba con visa de salida de las autoridades Chinas: el resultado es que el joven cineasta Yu Li se ha vuelto proscrito en su patria gracias a un filme que siguiendo lo más reciente del subcontinente parece bastante inofensivo: se trata de un menage a quatre que involucra a una joven masajista, su patrón, la esposa de éste y su propio marido, en un todos contra todos que traerá consecuencias que de no ser por el tratamiento sobrio e intimista con que se ha construído el filme, podría haber sido la comedia del año.

No obstante el caso anterior mas sonado, con Ang Lee recortando media hora de Lust, caution (2007) debido a sus escenas de sexo explícito ante un sistema clasificatorio que sólo contiene una categoría, Lost in Beijin tiene el problema de ser ante todo un filme que las autoridades han considerado político. Sí hay cuerpos que con fruición se frotan pero no hay graficidad en ello: lo verdaderamente desafortunado, para la visión autoritaria es que muestra a Beijing como una ciudad donde lo mismo convergen las viviendas de quienes apenas subsisten rotando carencias en viviendas infrahumanas, con los edificios altos y espigados que de cristal orgullosos se yerguen ante sus habitantes: toda una casta de nuevos ricos que se transportan en Mercedes, se rigen por el tiempo de Rolex y de cuyos negocios dependen, literalmente, cientos de personas, de esas que a falta de otra cosa han tornando sus sentimientos en moneda de cambio. Pero no sería afortunado pensar que estamos ante un filme tan crudo como sería propio pensar al respecto de una cinematografía que precisamente ha hecho gala de ello. Lost in Beijing es ante todo un filme donde subyace una profunda reflexión social pero presentada mediante un intenso ejercicio estético, donde lo mismo convive el vértigo de ver a un limpiavidrios de rascacielo hacer su trabajo, que la tiernísima vista de una joven y atribulada madre amamantando al pequeño cuyo destino se reescribe cada minuto.

El DVD-R pertenece al grupo de productos traficados por la red aunque su resolución es óptima e incluso parece ser un clon original, aunque ciertos traslapes de sincronia de la subtitulación confirman que no es así. De cualquier modo, no existe otra forma de disfrutar esta muy buena obra.

No hay comentarios: