domingo, 2 de marzo de 2008

The bubble, Eytan Fox, 2006


Es posible pensar que la nueva película del neoyorkino-israelí se sitúa dentro del nuevo boom de cine gay que hasta ha escapado de la marginalidad para dejarse ver actualmente por todos lados y de todas las formas y variantes. Ser gay al parecer ya no es, desde ningún punto de vista, algo marginal o subterráneo sino algo mas bien elegante y de cierta pose: sobre todo política, si bien naturalmente aun subsiste el sesgo que se da cuando una práctica no llega a ser de uso generalizado. Sobre todo en una tierra donde el fundamentalismo es algo mas cotidiano y generalizado de lo que aqui en occidente podemos suponer.

Eytan Fox imagina una tierna película: un amor gay capaz de derribar un encono que lleva algunos siglos sobre la tierra, aun cuando el visaje solo sea a nivel personal y con el costo mas alto que cabría suponer: algo así como un Romeo y Julieta en la tierra de Abraham pero coreografiada con toda la fuerza de Al-Qaeda. Durante mas de 50 minutos vemos a un alegre grupo de amigos subir y bajar por las calles de Tel-Aviv disfrutando en grande de la vida: no se preocupan mas que de asistir a fiestas rave, organizar protestas en contra de cualquier cosa y darle rienda suelta a sus cuitas sentimentales, corporales y existenciales. Muchos jóvenes quedarán maravillados por lo moderno de este cuarteto, por lo alivianado de su mundo y por su puesto, porque todos son tipazos. El problema empieza cuando alguno de ellos va ganando en madurez y se enamora en serio, pero de un hebreo y ahi si que las cosas se ponen un tanto escamosas, pues inevitablemente la situacion de conflicto y xenofobia entre los dos grupos raciales hacen sus estragos y no dejan de presentarse ciertas tragedias personales, familiares y hasta sociales.

Pero sugería en un principio, que más que una película de sentimientos y amores veo en The bubble una cinta de tipo político, donde se pone de relieve como las condiciones sociales adversas afectan nuestras vidas -aunque no tan nuestras dada la escasez global de afinidades generales con los protagonistas- y cómo la incomprensión nos sitúa en un oscuro callejón sin salida que nos lleva, frecuentemente, a conceder un valor bastante ínfimo a la vida propia y por consecuencia a la de los demás. A este nivel la película se constituye en un discurso plenamente más efectivo que el del sr. vaquerito borrachín y sus poderosos despliegues de fuerza por todo el mundo, donde dicho sea de paso, no se avizora consiga más de lo que el sr. Eytan Fox si consigue de forma mas reconocible y generalizada.

Lástima que la situación en oriente medio sea aun más grande, conflictiva y enredada que la vida de cuatro simpáticos israelís.

El DVD-R pertenece a la generacion de productos traficados por la red y que por mucho parecieran clones casi perfectos, a exepción de los consabidos extras y de la reducida paleta colorífica que se traduce en frecuentes pixelaciones principalmente en las tomas nocturnas, cuando a cualquiera parecería que el único color que existe es el negro y no una complicada paleta de grises muy difíciles de reproducir si por ahorrarse unos megas reducen de miles, a decenas de tonos. Esta película formó parte de algun festival de Cineteca o de la UNAM, pero no viajó a esta provincia sureña y por lo tanto, actualmente representa la única oportunidad de verla.


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