miércoles, 26 de diciembre de 2007

Paranoid Park, Gus van Sant, 2007.


Continuando con su tendencia a filmar la vida de los adolescentes de distintas partes de los Estados Unidos de Norteamérica -sus sueños, sus fantasmas, sus temores más profundos- desde esa perspectiva un tanto manierista que les proporciona cierto look de efebos y andróginos más allá de la neutralidad, Gus van Sant mantiene el registro obtenido tras Elephant pero abandona sugeridos despuntes de sensacionalismo de nota roja para tornarse más introspectivo.

Bajo esta primera capa de legitimidad subyace, no obstante, una soterrada argucia que termina por darle a su filme un tono de ominosidad aún mayor. Si los adolescentes de Elephant son capaces de pasar de una cosa a otra sin mayor reparo ni evolución, los de Paranoid Park se quedan estupefactos ante la sola espectación de un hecho de dimension semejante, permitiendo a su audiencia que su mentalidad divage muy lejos de la pantalla ante tanta sugerencia y poca concreción.

Con Paranoid Park estamos ante un van Sant que no se cansa de mostrar oficio, pero que ya no está interesado en mantener al margen inclinaciones personales y que además invita a su audiencia a compartirlas, sin terminar nunca de hacer claro cuales son si bien se ve que es un mundo que no es difícil entrever: las niñas tiene aire, actitud y corazón de prostitutas mientras los niños se miran más bien apáticos y proclives a relaciones oscuras con adultos mayores todavía más oscuros.

Esta cinta, por otra razón, es además gato por liebre: se vende como un clon aunque fue pirateada desde dentro de una sala, lo cual conlleva que el audio esté de la patada y que la compresión no fuera la ideal, ya que es más que notorio que hace agua con una fotografía como la del esteta Christopher Doyle, volviendo manchas y pixelación lo que son sombras y matices luminosos apenas perceptibles, aunque bueno, su público con razón dirá que, con todo, es la única posibilidad para un filme que jamás llegará a las pantallas villahermosinas: posee el ineludible tufillo del reconocimiento en Cannes y aborda temas bastante marginales. Pecados más que suficientes para no ser vista en una provincia sureña de Mejico.



No hay comentarios: