
Nuevamente el nombre de una película envuelta en la polémica ya por su tema, ya por su tono o su alto pedigree, es aprovechada por la informalidad para ofertar un producto bastante menor, y sin aludir, claro, al filme en sí mismo. Se trata de una pésima copia realizada en el interior de una sala cinematográfica y capturada con una camarita de MiniDV, para ser posteriormente trasladada al formato mediante procedimientos simples y burdos, lo que se traduce en una pésima imagen casi monocromática y mocha, un sonido de la patada y con eco.
No vale la pena así y es un producto que habrá que saltarse, esperarlo en 35mm (buenas probabilidades) o adquirirlo, cuando salga, en el mercado regular.
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